El pasado 8 de abril de 2024 se cumplieron 164 años del terremoto de los “turrumotes” del 1860 en Duvergé, región Sur Isla Española, República Dominicana.  Este terremoto alcanzó una intensidad de que fue considerada de X. Muchas viviendas de madera fueron deformadas por el paso de las ondas y las fuertes sacudidas. En las comunidades de Azua y Barahona se sintió muy fuerte ocasionando daños en las construcciones de piedras que existían para la época. En Santo Domingo y otros poblados fue sentido fuerte. Después de este potente terremoto y sus innumerables réplicas, las comunidades cercanas y el poblado de Duvergé como devoto del cristianismo, llenos de temores, portando cruces, hicieron peregrinaciones caminando de rodillas para calmar la furia de la naturaleza, pidiendo a Dios que lo protegiera y que calmara su furia manifestada por tan potente terremoto. Su destino fue hacia la zona de ruptura, donde se produjeron levantamientos del suelo dando origen a los “turrumotes”. Estos levantamientos se produjeron al chocar los bloques de las sierras de Bahoruco y Neiba en la que se denota la falla geológica de Duvergé. La sierra de Bahoruco se encuentra en la parte superior del bloque que constituye la dorsal de la Beata, la cual se mueve hacia el noreste empujando el boque que forma la sierra de Neiba que a la vez interactúa con el bloque que forma la Cordillera Central, introduciéndose una porción por debajo de la Cordillera denotando la zona de subducción de la parte sur central de la isla Española.

Por: Ramón Delanoy, Director del Centro Nacional de Sismología.

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